Innovar es una acción que tenemos que llevar a cabo porque los competidores no se van a quedar inmóviles y pueden adelantarnos, por lo que no podemos dejarlo para más adelante. Pero esto no es suficiente para conseguir el éxito en una organización, también se necesita hacer foco en el cliente, convertir el proceso de transformación digital en un valor de la cultura empresarial e invertir en herramientas de gestión y formación. Todo ello se desprende de la primera edición de “Smart Innovation”, una jornada organizada por DIR&GE en Madrid.
¿Cómo podemos hacer cosas diferentes? Con innovación, ya que la tecnología cambia nuestros hábitos, conllevando un beneficio empresarial de comodidad, prestigio o precio. Así lo recuerda Jesús Sánchez, director de la Unidad de e-commerce y de paquetería de Correos. La permanente innovación siempre nos lleva a hacer algo nuevo y quien no lo haga, perderá su mercado porque no podemos ir contra la corriente. Renovar o morir, así de contundente se muestra, sobre todo al recordar el ejemplo de Kodak, una compañía que innovó, creando la cámara digital pero que se negó a perder su mayor foco de negocio: el carrete analógico. No quisieron implementar esta innovación porque les afectaba y acabaron desapareciendo. ¿Un ejemplo que represente el triunfo? Uber, una red de transporte que conecta a pasajeros con conductores y que ha revolucionado el mundo del taxi.
Con esto Sánchez quiere demostrar que si juntamos la innovación con un enfoque hacia el cliente, el éxito está asegurado. Y más teniendo en cuenta que es el cliente el que nos va mostrando lo que quiere y necesita, por lo que hay que contemplar todo tipo de ideas, aunque a veces nos parezcan complicadas de llevar a cabo. “La experiencia de cliente será la que nos haga comprobar el éxito que podemos llegar a alcanzar”, recuerda.
Tecnología al servicio de la innovación de los procesos
La innovación es, además, el instrumento para alcanzar los objetivos de las empresas. Así lo afirma Pablo Couso, consultor senior de Desarrollo de Datisa. Una innovación que puede darse tanto hacia fuera de la organización, sorprendiendo al mercado, como hacia adentro, trabajando en las estructuras internas que se encuentran en la zona de confort.
¿Qué se necesita para cambiar? Tres elementos imprescindibles, responde: “Ideas, personas y herramientas. Es decir: objetivos, motivación y tecnología”.
Todo ello junto a la formación, porque la misma es motivadora, dice. Y es que, tal y como recuerda, cuando se hace un cambio surgen inseguridades. Con la formación esto se elimina y todos los trabajadores pueden ir en la misma dirección.
Sin embargo, Rosa María Moreno, directora financiera de G3 Sales Europe, apunta a otra gran verdad: “suele haber miedo al cambio porque nos hace sentirnos inseguros. Algo que también puede eliminarse con la formación, que hace que las personas nos sintamos más seguras incluso para abordar estos cambios. Para ello hay que trabajar tanto con los equipos que van a hacer el cambio como con la directiva”.
Couso advierte que no hay que aislar en este proceso al departamento financiero porque si no los mismos aportarían escaso valor añadido a la organización, ya que sin plan tecnológico no se puede avanzar. “Hay que cubrir todos los agujeros financieros con la tecnología que nos permita actuar correctamente”. Rosa María Moreno también apunta a la necesidad de dotar a la organización de las herramientas necesarias para manejar grandes cantidades de volúmenes de datos para generar informes a tiempo real.
Algo que ambos expertos recomiendan es la necesidad de que los equipos mantengan conversaciones internas, interdepartamentales para conocer los problemas técnicos y comerciales que pueden tener y cómo superarlos. “Hay que trabajar mano a mano con todos los departamentos, controlar y analizar todos los datos, anticipándonos a posibles problemas con los informes, adaptándonos de esta manera a las demandas de los usuarios. En definitiva, usar herramientas de contabilidad, analítica, big data… herramientas que nos permiten alcanzar un crecimiento sostenible, dando un especial mimo al control financiero y contable”, reconocen.
En resumen, ambos consideran que lo importante es conocer nuestras fortalezas y debilidades porque esto nos va a permitir saber cómo soportar los procesos diarios de nuestra actividad y fortalecernos para ser más competitivos.
Tendencias digitales
Y es que cada día se necesita más información, reconoce Juan Carlos Moro, director de transformación y tecnología de SEUR. Porque, por ejemplo, en el sector del transporte, ya no vale solo saber quién envía el paquete sino conocer dónde, cuándo y cómo quiero recibir mi envío, por lo que el gran cambio proviene del receptor de ese envío y tenemos que ser capaces de afrontar dicho cambio. Los responsables de tecnología de las compañías tienen que transformar estas necesidades en oportunidades y hacerlo de manera rápida.
Moro también alude como elementos principales en el cambio la incorporación de todas las herramientas tecnológicas a las que hemos hecho referencia, a lo que añade la multicanalidad para estar informados en cualquier lugar, poder relacionarse, automatizar procesos y poder comprar. “Conseguir que alguien piense en un producto y dárselo”, apunta, “hacer que lo desee aunque no lo necesite”. Para ello aconseja “envolver la compra de confianza”. “Tenemos que ser un factor de confianza y de adaptación al comprador”, sugiere. Al tiempo que recuerda que uno de los retos pasa por segmentar: pasar de ofrecer algo a varias personas a una sola, adaptando el producto o servicio a sus necesidades.
Aunque también advierte que hay que poner las cosas fáciles para que nos compren, por lo que debemos incorporar cualquier medio de pago.
El poder de la gamificación
Otro gran problema que hay que afrontar: la escasa fidelidad del consumidor, por lo que siempre hay que sorprenderle y hay que buscar nuevas maneras de conseguirlo. Una, que está teniendo un gran éxito, es la gamificación. Juan Carlos Lozano, CEO de DIR&GE, reconoce que el éxito de la misma se basa en utilizar una serie de técnicas que fidelizan y hacen que el consumidor se comprometa en mayor medida a través de un juego. La misma se basa en emociones y motivación. Trabajar en experiencias únicas que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos. Lo que hace que funcione es nuestra predisposición al juego. La palabra clave es la diversión. Y la tecnología nos facilita implantarla en nuestras organizaciones.
Dentro de esta técnica podemos implantar elementos como la interacción, diversión, sorpresa, fidelización, socialización, continuidad y resultados. Aunque Lozano advierte que no todo es gamificable. “Hay que saber qué objetivos persigue una organización y en función de esto, medir los resultados”.
¿Los beneficios de establecer este tipo de estrategias? Reducir los tiempos de adopción de los productos y servicios y eliminar los procesos aburridos, por poner algunos ejemplos, consiguiendo resultados en el tiempo, tras dejar el juego.
A tener en cuenta
• No podemos pretender innovar y tener resultados desde el primer día.
• Las startups son muy innovadoras pero las pymes no. Para ellas es difícil innovar pero es ahí donde tienen que ser más abiertas.
• No se puede gestionar lo que no se mide. Innovar supone resultados no esperados y altos riesgos.
• No hay que analizar si luego no tomas decisiones. Hay un gran número de herramientas que te permiten tomar decisiones en base a esas medidas.
• Hay que destinar recursos a la investigación pero hay veces que esta es sencilla y otras en las que cuesta mucho.
• La innovación es una inversión y a largo plazo un beneficio pero lo que cuesta, realmente, es no innovar.
• La única ventaja sostenible en el tiempo es la innovación.
• La idea es que en una compañía pueda innovar cualquiera. Es una cuestión de actitud en la que se puede implicar a todos.
• Hay que facilitar la innovación que hace más fácil la vida al cliente.
• Si fracasas, hazlo con rapidez y aprende de ello. Pero es mejor no utilizar la palabra fracaso porque duele menos. Es mejor utilizar la palabra aprendizaje, más positivo.
• Los vientos del cambio serán muy fuertes en los próximos años.
INMA ELIZALDE