La evasión de impuestos por parte de las grandes empresas tecnológicas internacionales es una de las prácticas más extendidas desde hace varios años y la precursora de grandes titulares en la prensa en general.
Ya en 2014 muchos medios se hacían eco de las elaboradas estrategias que empresas como Apple, Yahoo, Amazon, Twitter, Microsoft, Ebay, Google o Facebook, llevaban a cabo para eludir a la Hacienda Española. En 2015 se informaba de las complejas técnicas contables, legales, para reducir sus beneficios y, por lo tanto, pagar menos impuestos. Y en lo que llevamos de 2016, Google ha tenido que pactar con Londres un pago de 172 millones de euros por impuestos atrasados, el pasado enero, y sus oficinas de París fueron registradas a finales de mayo. Además, entre ambos sucesos, se descubrió que el gigante del buscador había enviado, en 2014, 10.700 millones de euros desde su sede en Holanda a un territorio considerado como paraíso fiscal: Bermudas.
Con todos estos antecedentes, ya no nos extraña tanto que en la mañana de ayer, jueves 30 de junio, un equipo formado por 35 inspectores de la Agencia Tributaria registrasen las oficinas del Buscador en Madrid. El registro se llevó a cabo tanto en la Torre Picaso, perteneciente al complejo empresarial de Azca, como en el Campus que Google tiene en la capital, situado cerca de la Ronda de Segovia.
El martes pasado el juzgado de lo contencioso-administrativo nº 29 de Madrid recibía una petición por parte de la Agencia Tributaria para llevar a cabo un registro en las sedes del Buscador, por lo que los inspectores de Hacienda se personaron en las sedes con una autorización de dicho juzgado.
«Cumplimos con la legislación fiscal en España al igual que en todos los países en los que operamos. Estamos cooperando con las autoridades en España para responder a todas sus preguntas, como siempre», aseguraba una portavoz de Google.
Al parecer, este tipo de actuaciones sobre multinacionales tecnológicas se están realizando en diferentes países de la UE de forma coordinada y lo que se espera de ellas, es obtener evidencias que esclarezcan, de una vez por todas, si estas grandes empresas están canalizando las ventas de determinadas sedes o establecimientos permanentes europeos a paraísos fiscales o a países donde se cobren menos impuestos, como es el caso de Irlanda.
Concretamente Google Spain está en el punto de mira de la Hacienda Española por los pocos impuestos que paga con relación a sus ventas multimillonarias y porque parte de sus ingresos los gestiona a través de Irlanda, por lo que los técnicos de la Agencia consideran que podría estar reduciendo artificialmente su negocio en nuestro país y rebajando su factura fiscal.