El nuevo marco legal del emprendimiento y las oportunidades que se van a generar con la progresiva recuperación de la economía, pueden llevar durante los próximos años a un aumento del número de emprendedores que decidan montar un negocio. Esto parece un aspecto muy positivo pero, ante este impulso gubernamental, lo mejor que se puede hacer es tener prudencia y no dejarse llevar por el exceso de optimismo.
En este camino hay muchos obstáculos que pueden generar complicaciones a quien decide emprender, por lo que hay que tener claras las implicaciones de montar un negocio y una mínima formación legal y económica para evitar dificultades que surgirán en el desarrollo de la actividad empresarial, una capacitación que se puede adquirir directamente o acudir a un profesional.
Pero ese es el principal problema. Diariamente acuden a nuestro bufete autónomos y emprendedores que no son conscientes de que pueden ser responsabilizados legalmente por errores contables u otras obligaciones, lo que pone de manifiesto que en el sector se observan muchos casos en los que no se cumple con esa formación. ¿Por qué? en la mayoría de situaciones porque en España está extendida la cultura que considera a los abogados y gestores un gasto, en lugar de un activo para aumentar el rendimiento de la empresa.
No hay más que ver las cifras del mapa del emprendimiento de 2014, que realiza el programa gubernamental de impulso a estas iniciativas, Spain Startup, el cual destaca que tan solo el 1 % de las start-ups que se crean, llegan a 50 empleados, lo que muestra las grandes dificultades a las que se puede ver expuesto un emprendedor o un autónomo con las operaciones de su negocio.
Por tanto, tenemos que trabajar más en mejorar la cultura alrededor del emprendimiento. Hay que entender que si hay dificultades, los gastos de esas responsabilidades van a ser siempre más costosos que la asesoría de una firma. Y lo mismo ocurre a la inversa: la ayuda de profesionales puede hacer que esa inversión se transforme en mayores beneficios para la compañía.
En cambio, si se decide emprender en solitario, siempre hay que tener en cuenta todos los aspectos relacionados con la empresa. Los principales problemas jurídicos que se podrían encontrar las pymes y autónomos son, entre otros, la excesiva burocracia de la Administración, que puede abrumar en caso de que haya esa carencia de formación, así como el desconocimiento de las obligaciones legales. Pero no son los únicos factores, también la dificultad para obtener financiación barata y segura, la falta de cultura para el emprendimiento y la urgente necesidad de una reforma fiscal, constituyen barreras de entrada para estos proyectos.
En definitiva, en firmas como dPG Legal, nuestro objetivo principal es prestar un servicio integral de asesoramiento, porque el empresario debe dedicar su valioso tiempo a su actividad comercial, en vez de sumergirse en problemas burocráticos y legales. Contar con la ayuda de un gestor debe ser visto como inversión para tener un aliado y no un lastre que genere menores beneficios.
Ignacio González Gugel
Socio fundador de dPG Legal y responsable del departamento de Asesoría Jurídica