Varios son los sectores en los que la cuarta revolución industrial ya ha logrado crear nuevas fórmulas de negocio que han cambiado la manera de consumir del usuario, la mayoría de veces, por la presión de los mismos ante sus necesidades. Desde alquiler de casas privadas hasta transporte para particulares con conductor incluido. A pesar de estos avances relacionados con el negocio tecnológico el sector financiero todavía no consigue arrancar en la economía digital.
Así lo explican desde la compañía Bandit, quienes enseñan la problemática con la que se están encontrando los bancos españoles para pasarse al mundo digital, todo ello, debido a la falta de talento y de tecnologías aplicadas a la banca, también llamadas fintech. Los usuarios ya no se conforman con hacer transferencias y pagar impuestos por internet, sino que exigen tener en el móvil u ordenador todo lo que le ofrecen en una entidad física, como es la atención 100% personalizada o los pagos con clicar un simple botón. Para ello se necesitan suficientes recursos humanos y tecnológicos que, como lo están haciendo en otros mercados internacionales, creen oportunidades dentro de la propia banca y generen al mismo tiempo más clientes en el sector.
“A pesar de los avances que se han conseguido el en sector bancario español está siendo difícil adaptarse al terreno digital por falta de talento digital y tecnologías aplicadas. La crisis del talento es muy alta y se está agravando ya que, aunque las empresas actuales demandan profesionales tecnológicos para la banca, España carece de programas formativos que se adapten a la realidad empresarial”, declara Francesc Font, CEO en Bandit.
Los bancos españoles, conscientes de la competencia digital
La banca financiera representa tanto un peligro como una oportunidad para el mercado, pues tan solo aquellas entidades que den el salto y entiendan la forma de interactuar con el cliente serán las que sobrevivan. Según datos recogidos por Bandit, las ganancias de aquellos bancos que no estén preparados para el negocio digital disminuirán más de un tercio durante los próximos años, mientras que los beneficios de las compañías con visión de futuro podrán ascender alrededor de un 40%.
Ante este escenario, la banca se enfrenta hoy, además de a la competencia de otros bancos tradicionales, a nuevas empresas digitales centradas en una sola línea de negocio (préstamos directos, transferencias, gestión de inversiones…) que pueden reclutar de forma más ágil talentos digitales y que no acarrean con los gastos que las redes de sucursales acarrean en la banca tradicional, como sistemas informáticos heredados. Pero las que más están afectando a los bancos son las incursiones de algunas empresas tecnológicas que, tras haber triunfado en su propia actividad, han considerado los servicios financieros de los usuarios una continuación natural del negocio y han sido más hábiles que los bancos en el contexto de la experiencia del cliente y su presencia en redes sociales, áreas que atacarán fuerte en un futuro próximo.
Por lo que, con todo ello, desde Bandit afirman que la banca española debe reflexionar sobre su situación actual en el mercado respecto a sus clientes y versus al panorama económico digital a nivel global.