Las empresas españolas están optando por técnicas milenarias chinas a la hora de construir sus sedes y decorar sus oficinas. Sin embargo, a pesar del aumento del mismo de un 20 % durante el año pasado, optan por no decirlo al ser percibido por algunos sectores de la sociedad como algo relacionado con las superstición o la incultura, al contrario que en otros países en los que compañías como Microsoft o Coca-Cola, por poner algunos ejemplos, lo aplican abiertamente.
Algunos de los beneficios de dicha técnica pasan por mejorar la comunicación entre cliente y empresa, el clima laboral o la disminución del estrés y el absentismo, aunque para que esto ocurra uno tiene que creer en ello, afirma María Durán.