Sí, la curiosidad nos está matando porque los ciberdelincuenten conocen que este es nuestro punto débil y que pincharemos allí donde no debemos ante el más mínimo engaño. Los datos asustan: las estafas mediante phishing son 10 veces más comunes en los medios sociales que el malware. Las cuentas fraudulentas en redes sociales pretendiendo representar a marcas conocidas, se dispararon el año pasado. El 40 % de las cuentas de Facebook y el 20 % ciento de las de Twitter que dicen representar a una de las 100 mejores marcas del mundo son ilegales. Las aplicaciones móviles peligrosas provenientes de mercados fraudulentos afectan al 40 % de las empresas. Y las personas descargaron voluntariamente más de 2.000 millones de aplicaciones móviles destinadas al robo de datos personales. Proofpoint, empresa experta en ciberseguridad, cuya oferta comercializa Exclusive Networks, descubrió más de 12.000 aplicaciones móviles maliciosas en tiendas Android autorizadas. Muchas con el fin de robar información o crear puertas traseras.
Y es que los ciberdelincuentes nos están engañando para conseguir que sus ataques lleguen a buen fin, según se destaca del estudio “Human Factor 2016”, realizado por Proofpoint, abusando de nuestra curiosidad y credulidad, haciendo que nos autoinfectemos con malware, cedamos nuestras credenciales de clave y transfiramos dinero de manera fraudulenta en nombre de los atacantes.
Y es que, según el estudio, más del 99 % de todos los documentos utilizados en campañas de correo electrónico con código malicioso ejecutable se basaban en la interacción humana; aunque durante el año 2015 uno de los vectores de infección más empleados para propagar ransonware fue el uso de de kits de exploits, una tendencia que seguirá este año.
Los troyanos bancarios fueron el tipo de documento adjunto más malicioso más popular en campañas de correo electrónico basura; y además se comprobó que los ataques se programan para asegurarse su efectividad.