La retribución flexible no acaba de calar en las pymes. Así lo demuestra un estudio de Sodexo en el que se destaca que el 72 % de estas empresas todavía no lo han implantado. Un tipo de retribución que se presenta como una de las mejores medidas para mejorar la conciliación y las condiciones de los empleados, sin que repercuta en los costes laborales. ¿En qué consiste? En el intercambio de hasta un 30 % del salario bruto del empleado por servicios como los cheques restaurante, guardería o tarjetas de transporte, por poner algunos ejemplos. Al estar exentos de exenciones fiscales, el empleado puede maximizar su sueldo mensual y es una de las mejores opciones para atraer y retener el talento.
Aunque puede implementarse en cualquier momento, desde Sodexo recomiendan tener en cuenta la situación de los empleados, si hay trabajadores con hijos pequeños o si comen todos los días en la oficina y tienen que preparar la comida. Además de aquellos empleados que se desplazan a su puesto de trabajo en transporte público. Conocer las dificultades a las que se enfrentan para conciliar puede ayudar a valorar el impacto que tendría poner en marcha la retribución flexible.
Para la empresa que no tiene mucho presupuesto, este modelo retributivo le permite maximizar el sueldo neto disponible del empleado, sin aumentar los costes laborales, mejorando su conciliación y satisfacción con la empresa.
Por último, hay que tener en cuenta las ventajas fiscales, ya que la retribución flexible conlleva una serie de beneficios económicos para los empleados. Así, la plantilla puede aumentar su sueldo, ya que los servicios incluidos en esta modalidad cuentan con importantes deducciones fiscales, permitiendo al empleado ahorrar en servicios de uso habitual. Por ejemplo, el cheque restaurante, supone un ahorro anual de 600 euros y si se opta por la guardería o transporte, un ahorro de hasta tres meses en ambos casos. Estos beneficios también se extienden a servicios de formación o a seguros médicos.