Una vez más despedimos un año y damos la bienvenida a otro. Volvemos a hacerlo con nuestros mejores deseos, dejando a un lado todo lo malo que pueda pasar y la esperanza puesta en una recuperación, al menos parcial, de nuestra economía. Aires renovados para salir adelante, creación de empleo y optimismo, un sentimiento más que necesario para solventar las dificultades con alegría y buen hacer. Recibamos a 2014 con la mejor de nuestras sonrisas porque ya se sabe que lo bueno siempre es contagioso y tal vez esto nos ayude a enfrentarnos a otros 365 días llenos de incógnitas económicas.
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